sábado, 18 de abril de 2009

Más allá del alma ennegrecida de Palmira, cuando salió de su jardín ("MÁS ALLÁ DEL JARDÍN" DE ANTONIO GALA)















Tanto el paisaje ennegrecido por la humillación del ser humano
que habita más allá de su jardín, en su ciudad,
como las inagotables necesidades de una miseria que avanza,
más cuanto más lucha por destruirla,
salpican de levedad lo que sucedió y todo lo perdido.

Gotas y manchas que también le empujan,
hasta abrir, entre el estrecho pasado y la búsqueda,
un inabarcable foso que llega
mucho más allá de todos los jardines;
mucho más profundo que la ingravidez de una mente destruida
dentro del resto del espacio en el que empieza a construir.

Allí,
contempla el alegre colorido de un ritmo eternamente primaveral.
Entre la hermosura de este nuevo y exuberante tapiz
descubre la pureza que nunca había tenido en el amor,
descubre la entrega al amante sin medida,
hasta en el cansancio, hasta en la fatiga;

descubre la entrega sin límites a la vida
cuando las almas son blancas,
hasta en el exterminio, hasta en la sangre,
hasta entre el llanto de la criatura recién nacida,
hasta en la búsqueda de consuelo para ese llanto;

descubre las ennegrecidas almas de muchos más
hasta en los gestos, hasta en el sufrimiento,
hasta en el filo del arma blanca hundido en los cuerpos;

hasta en la cordura que hay en el hablarle a la muerte
para decirle con un beso: en seguida vuelvo.